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PUERTA PRESENTE

Con el adiós de Antonio Puerta se marchó un excepcional futbolista. No se trata de adular la figura del futbolista caído, simplemente de hacer honor a la verdad. La figura de Antonio comienza a definirse en el filial con Manolo Jiménez al mando. Miembro de una excepcional generación de futbolistas, en la que también destacaban Jesús Navas, David Prieto, Kepa o Sergio Ramos, entre otros, el talentoso zurdo disfrutó de su primera oportunidad el 21 de marzo de 2004, en un choque ante el Málaga que desafortunadamente se saldó con derrota. Fue su primera experiencia en la elite, el comienzo de una carrera corta marcada por el inclemente destino, pero indudablemente exitosa.
En la campaña 04/05 Antonio continuó en el filial. Aquel año despuntaba con fuerza junto a Kepa Blanco. Caparrós comenzó a tirar de él en los entrenamientos y no le tembló el pulso para sacarlo de titular en Soria, un gélido 13 de noviembre. Y allí, en Los Pajaritos, Puerta se estrenó con el gol tras aprovecharse de una indecisión de Juanma. En esa campaña disfrutó de varios choques más, aunque en el tramo final se acabó centrando en el Sevilla Atlético, para lograr el ansiado objetivo del ascenso que se acabó resistiendo.
Fue la temporada 05/06 la de su completa explosión. Juande Ramos se lo llevó a la pretemporada, lo incluyó en la gira de China y pese a no tener ficha de primer equipo lo trató como uno más. El rendimiento del canterano fue de menos a más. Se convirtió en un suplente de lujo que incluso resolvía partidos vitales, por ejemplo en el Vicente Calderón, donde consiguió el gol de la victoria en un trabajadísimo encuentro. Pero la gloria le aguardaba detrás de un Jueves de Feria. El Sevilla se jugaba ante el Schalke su pase a la final y Juande Ramos decidió sacarle a trece minutos del final. El choque se saldó con empate a cero y en la prórroga se inventó un empalme inenarrable que provocó la más absoluta catarsis en el Ramón Sánchez Pizjuán. Su zurda puso al Sevilla, su equipo, el de su barrio de Nervión, en una final europea por primera vez en su historia. A partir de ahí Puerta adquirió cariz de héroe. Participó en la final de Eindhoven, disfrutando apenas unos minutos del escandaloso baño que le daban sus compañeros al Middlesbrough.
En el verano de 2006 Puerta transmitía ya sensaciones inmejorables. Era indudable que el canterano estaba comenzando a acariciar su madurez. En la final de la Supercopa de Mónaco ante el Barça, el irreverente zurdo saltó al campo en la última fase del choque y revolucionó con su arte el Principado. Con sus afilados regates dejó, en una jugada imborrable para los amantes del buen fútbol, tirados a cuantos defensores blaugranas le salieron al paso y sólo querer rizar el rizo ante Víctor Valdes le impidió marcar un segundo gol de su vida. Acto seguido provocó el penalti del definitivo 0-3, tras volver loca por la zurda a la defensa catalana.
No tardo Puerta en ganarle el puesto a David Castedo y adaptarse al lateral zurdo. Su polivalencia le permitió asentarse en la defensa, a modo de carrilero, cuajando una gran pareja con Adriano. Desde esa demarcación Antonio se convirtió en un jugador clave para Juande, que lo hizo un fijo en los partidos fundamentales. Puerta ganó su segunda UEFA en Glasgow e incluso no le llegó a temblar el pulso para ajusticiar a Gorka en la tanda de penaltis decisiva. Lo hizo sin dudas, con clase, engañando al meta, con elegancia...
Luego llegó la Copa en Madrid, final que también disputó y ganó como titular. Después levantó la Supercopa de España y súbitamente su carrera acabó el 25 de agosto de 2007, cuando defendiendo la camiseta de su vida, el escudo que amó desde chico gracias a la insistencia de su abuelo materno, al que le dedicó el gol del Schalke. Puerta cayó desmoronando ante un Sánchez Pizjuán repleto, preso de un paro cardiaco. Dragutinovic acudió a su auxilio, llegaron los médicos del Club... Puerta consiguió volver a levantarse y aturdido abandonó el campo a pie. Su grandeza no le permitió despedirse de su gente en el suelo. Cuatro años después de su gol inolvidable ante el Schalke, el presidente José María del Nido, en un acto al que asistieron al completo las plantillas de todos los equipos de la Entidad, inauguró en la entrada de la Ciudad Deportiva José Ramón Cisneros Palacios una estatua con su estilosa figura, con el fin de que sirva de espejo para los futuros canteranos que pretenden alcanzar el éxito enfundados con la camiseta del Sevilla. 

“Nadie muere mientras sea recordado”, dijo Del Nido. Puerta sigue vivo para el Sevillismo.
HASTA SIEMPRE ANTONIO!!!

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